El 8 de octubre de 1879 dos buques peruanos se enfrentaban contra seis similares chilenos.
Estos eran el Huáscar y Unión contra los buques chilenos Cochrane, Blanco Encalada, O'Higgins, Loa, Covadonga y Matías Cousiño. En el Huáscar iba nuestro valeroso Almirante Miguel Grau Seminario, quien se inmoló por la patria.
Grau lo dejó todo: hijos, esposa, comodidad; renunció a la vida de tranquilidad que le representaba estar como diputado por Paita y volvió a juntarse con su amigo inseparable: el Huáscar.
Por eso Grau es un buen ejemplo para todas las generaciones, porque tuvo los pantalones bien puestos y no dudó sobre su vocación. Desde un inicio se comprometió con el Perú y hasta el fin de sus días demostró que el honor es lo primero. ¡Cuántos valores describen a Grau!: honor, dignidad, vehemencia, coraje.
Hoy en día, cuando hacen falta héroes, debemos mirar la figura de Miguel Grau como un ejemplo a seguir. Cada uno puede ser un gran héroe en su espacio. Seguro en los colegios se hablará sobre el “valeroso héroe del combate de Angamos”; esperemos que los profesores digan también que es posible ser héroe día a día. ¿Y cómo?, pues amando al Perú, no negándolo, sintiendo orgullo de nuestra raza y cuajando nuestra IDENTIDAD.
Comencemos sintiendo orgullo por Grau y otros hombres y mujeres valerosos que dieron la vida por el Perú. No por nada Miguel Grau es “el peruano del milenio”.
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